Caminaba en el demencial desierto… y amaneció y yo, soñando con tu presencia, con tu esencia. Solamente cerraba los ojos y veía tu silueta, y al abrirlos nada más tu ausencia, tan dura y áspera; abrazando mis pensamientos, sostenido por mis sueños, te creía en mí, tan cerca, tan... cerca.
¿Qué hacer cuando conoces a alguien que no esperabas? Y te das cuenta que la vida tiene muchas sorpresas reservadas, ¿Qué hacer cuando encuentras ese elemento faltante, ese sentido impactante, que te lleva a volver a creer, que aún es posible tener, felicidad…? Cuando lo has abandonado todo, y has jurado por todo el oro, que enamorarse es para niños, porque en la vida no ha habido tino, de seguir y seguir buscando. Pero, ¿Qué hacer si en el momento menos pensado, sin que tengas a alguien a tu lado, que te apoye, que te entienda, que te quiera, comienzas a revivir la primavera, de volver a soñar; de volver a vivir y respirar; de volver a sentir, que aún es posible ser feliz, que aún es posible… que siempre lo fue, que siempre… lo fue…?
Y entonces, mientras caminas por este demencial desierto, tan solitario, tan pesado, tan amargo… olvidas q la suerte existe, que la vida no es triste, si está a tu lado. Y te conocí… Así, con esa pureza, y esa inocencia que alguna vez yo tenía, con ese brillo en tus ojos, personalidad tan serena, que a mi pasado recuerda, a aquella época de paz, aquella que no volverá, que no… volverá…
Y en ese sol tan vehemente, que en su cenit ha causado tanto dolor y hasta locura, que por unas pocas gotas de agua me ha cegado, y en esta oscuridad, tan letal, todo he olvidado... Pero llegaste tú, te conocí y pude sonreír, otra vez, después de mucho tiempo, entendí que no todo es sufrimiento, que la verdad existe y que valió el esfuerzo, de haber conservado un poco de esperanza, de no haber abandonado la confianza, para poder así, brindarte un poco, de lo que yo considero valioso, lo que soy, lo que pienso, agradezco tu llegada, revivió mi alma destrozada, la que tú me dijiste que aún tengo, la que abandoné hace ya algún tiempo, y alcé mi rostro y me di cuenta… que siempre brilla más el sol cuando te secas las lágrimas de los ojos...
Estoy caminando por nuevos rumbos ahora, tratando de disfrutar unas gotas de agua en medio de este demencial desierto...--
boris-ec
No hay comentarios.:
Publicar un comentario